Los datos cuidan tu corazón

Los principales organismos y actores dentro del sector salud no dudan de la importancia del uso de datos y de la tecnología para poder avanzar y mejorar las técnicas y cuidados cardiovasculares.

No debemos olvidar que las enfermedades cardiovasculares lideran el ranking nacional de mortalidad y, según datos del INE, hablamos de un porcentaje de prácticamente un 30%.

Aún debemos seguir con la investigación y la analítica para descubrir más acerca de las causas así como en materia de prevención.

Como nos contaban en clase de matemáticas y estadística, para que un estudio sea significativo y relevante el tamaño muestral es muy importante, por ello, debemos analizar un gran número de variables en un número mucho mayor de personas. Eso implica que los datos que debemos tener en cuenta van a ser de un volumen considerable y, por tanto, vamos a necesitar de nuestro gran aliado, el Big Data.

Gracias a una arquitectura de Big Data, sus técnicas, algoritmos, etc se pretende analizar, buscar e identificar patrones relacionados con actividad física, alimentación y un largo etcétera.

Todas las conclusiones derivadas de los diferentes estudios nos van a dotar de un mayor conocimiento que permitirá, a su vez, mejorar en materia de prevención cardiovascular.

¿Realmente el Big Data previene infartos?

La respuesta podría ser que la tecnología, y el uso de Big Data, es una herramienta imprescindible que posibilita los avances científicos. Es por así decirlo un factor necesario. El volumen de datos a recopilar debido a las variables a analizar es tan grande que sin tecnología adecuada no podrían darse los avances necesarios.

Centrando más el tiro, hablamos de técnicas de Big Data, para descubrir factores de riesgo, de IA para comprender mejor y facilitar la observación, es decir, no sabremos con exactitud el momento de sufrir una enfermedad pero sí vamos a ser capaces ( al contar con más herramientas a nuestro alcance) de descubrir patrones que lo hacen más probable a c/p y, por tanto, mejorar nuestros hábitos, tener mayores recomendaciones y descubrir nuevas causas con el fin de poder reducir el número de infartos y de mortalidad cardiovascular.